Alas de Fuego

Soy un ángel, custodio a una soberana, y como siempre, hay enemigos que pretenden librarse de mi encerrándome en la Prisión de Gorlián..pero mis alas me ayudarán a salir de esta.
Todo esto puede sonar a pura literatura, pero en el fondo de mi alma, mis "alas" son la imaginación, y esta es INVENCIBLE.

jueves, 1 de marzo de 2012

El perro y el burro.

  Un día, de nuevo, el conde Lucanor fue a pedirle a Patronio consejo sobre un problema que tenía:

 -Patronio, estoy locamente enamorado de mi dueña; Leonor. La obedezco en todo sin quejarme, todas las mañanas le dejo unas flores sobre su mesa para que cuando despierte se deleite con tan delicioso aroma. Aún así, ella me ignora y le muestra más afecto e interés al noble caballero que todos las tardes viene a visitarla. Por más que intento mostrarle mi amor haciendo lo que el caballero, ella me rechaza con la mirada, y no sé como complacerla, se me rompe el alma...

  Patronio, al escuchar el problema de su amigo, le cuenta una fábula para darle a entender lo que tiene que hacer :

 -Señor Lucanor, para transmitirle mi consejo, no veo mejor manera que contándole una fábula. Trata de un burro y un perrito con su mismo problema - contestó.
- Cuéntemela Patronio - dijo con interés -seguro que me ayudará a resolver este mal de amores.
- El burrito vivía en una pequeña cuadra, oscura y fría, de una casa de adinerados. Desde ella podía observar el salón de la casa de su dueña. Allí, todas las tardes, su ama y amigos de la familia veían los fantásticos y graciosos espectáculos que el perrito Charli hacía. Sabía ponerse en pie, dar vueltas en sí... Pero lo que más le gustaba era cuando Charli se acurrucaba en su regazo y le lamía las manos.
 Pensó el burro: " Si tanto trabajo yo, acarreando la harina que comen de la aceña, y la leña con la que se calientan... ¿ Porqué no me tratan como al perrito ? "
 De aquella, se le ocurrió hacer lo mismo que Charli; entrar en la casa, subirse a su regazo y lamerle las manos.
 Sin más dilación, entró y se puso a hacer lo que antes había pensado. Fue entonces cuando los allí presentes se armaron con palos y piedras y empezaron a apalear al animal hasta dejarlo inconsciente.

 -Pero Patronio, ¿ cómo me puede ayudar lo que usted me acaba de relatar con mi problema ? - preguntó, decepcionado.
 - De esta preciada fábula sacamos una importante moraleja: "Cada uno tiene sus virtudes, las cuales acarrean alguna desventaja, pero aún así hay que estar orgulloso de uno mismo". Usted es el sirviente de doña Leonor, debe obedecerle en todo cuanto le pida, mientras que el caballero tiene otro porvenir. Ella puede enamorarse de cualquiera de los dos, pero se enamorará por lo que es, no por su rango. Por eso no debe intentar imitar la forma de cortejar del caballero, porque acabará perdiendo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Un Lobo Ejemplar.

  Tres días llevaba sin comer, mi estómago rugía a todas horas pidiendo alimento. Hice un esfuerzo y fuí a dar un paseo por el bosque en busca de algún cervatillo despistado, un conejo... Manjares que a un lobo como yo, le hacen la boca agua.
  Para mi grata sorpresa, no fue nada de eso lo que me encontré, sino a una niñita con caperuza roja, que sostenía entre sus brazos una voluminosa cesta con miel, vino, pan... De repente la alegría me embargó por completo, y mi estómago gruñó por última vez, como si fuera la señal de salida para comenzar el ataque.
  Pero reprimí mis ganas al ver que la muchacha se había detenido en un cruce y no sabía que camino escoger. Yo, que conocía muy bien aquellos parajes, me acerqué a ella con la única intención de ayudarla.

Le dije- Buenos días niñita, ¿ qué haces por el bosque tan solitaria ?

Me contestó- Buenos días Señor Lobo. Mi madre me ha dado esta cesta para llevársela a mi abuelita, que vive al lado del río, porque está enferma. Pero me he perdido y no sé que camino lleva a su casa, ¿podría ayudarme ?

Claro.- afirmé - Tienes que ir por el sendero de la derecha, y si sigues recto, a unos dos quilómetros verás su casa.

¡ Muchas gracias Señor Lobo !- me dijo con una amplia sonrisa en la cara- Por ayudarme le mostraré mi agradecimiento ofreciéndole este pan y esta miel.

Muchas gracias niñita.¡Hasta luego!

  Después de aquella generosidad con la que la niña me había tratado, decidí alimentarme con lo que me había dado y reprimí las ganas de comérmela.
  Cuando acabé el manjar, me paré a pensar, y me dí cuenta de que ser amable con los demás puede, incluso, salvarte la vida.
  Ahora me dedico a aconsejar a las personas que pasan por el bosque sobre el camino que escoger, y debo decir que nunca he vuelto a pasar hambre.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Recuerdo de la infancia. 2

  Mi primer día de colegio, lo recuerdo vagamente, quizás más por oírselo a mis padres que por mi misma.Yo venía de la guardería, estaba ya adaptada a separarme de mis padres, no sufrí el llanto normal de cualquier niño que se asusta al ver tantos niños, un lugar nuevo...
  Sé que unos días antes nos llevaron a conocer el aula y a la profesora, según mis padres, me quería quedar allí. De eso años recuerdo, sobre todo, momentos puntuales, como las lecturas de cuentos que Ana nos leía habitualmente, los Carnavales, la Navidad..; ya que decorábamos las aulas. Las salidas al huerto, los cumpleaños...
  Sobre todo guardo un gran cariño hacia Ana y Mili, siempre recordaré el amor y el respeto con el que nos trataban, y lo mucho que aprendí. Iba encantada al colegio e incluso los fines de semana, dice mi madre, que pedía ir... hoy ya no me ocurre eso,¡claro!. Es lo que tiene hacerse mayor e ir teniendo más responsabilidades..

martes, 8 de noviembre de 2011

Recuerdo de la infancia.

  Si tengo que hablar de mi infancia, inevitablemente sale su nombre: "Princesa".
  Fue un 6 de Enero y sí, fue mi regalo de Reyes. Contaba con 5 años y mis padres estaban cansados de oírme pedir un hermano o un perro..y claro, optaron por lo más cómodo. Para mi ese día de Reyes pasó a ser el mejor recuerdo de mi infancia; levantarme e ir al árbol de Navidad y ver una preciosa caniche blanca...
  Fue el mejor regalo que he recibido nunca, lloré sin parar abrazándome a ella. Fue mi amiga, mi compañera y no, no substituyó a un hermano, pero casi lo consiguió. Me hizo la niña más feliz y creo que ella también lo fue. Me enseñó lo que era tener una obligación: bañarla, vacunas..y también lo que era el amor incondicional y la lealtad.
  Desafortunadamente, Princesa falleció hace 3 años, pero seguirá viva para siempre en mi corazón.